Esta es una especialidad más desconocida pero que en los últimos años está disfrutando de un gran auge, gracias principalmente al mundo deportivo. La biomecánica es una disciplina que se centra en la valoración musculo-esquelética del aparato locomotor inferior y que cuya finalidad es la búsqueda de patologías y/o deformidades que pueda presentar el cuerpo humano. Algunas de las cuales se podrán tratar o paliar con unos soportes plantares.
Dentro de este campo podemos diferenciar varias subespecialidades, cada una de ellas con una serie de patologías que aparecen de forma más frecuente en ellas.
1. PODOLOGÍA INFANTIL Y PEDIÁTRICA
Marcha en ABD/ADD
El niño se cae a menudo, no quiere jugar en el recreo, es “patoso’’…todo ello son signos que los padres pueden observar en su hijo y que requiere atención especializada por parte del podólogo. A pesar de que las ortesis plantares no están recomendadas a edades muy tempranas, este tipo de marcha puede ser corregida o paliada si la consulta se realiza cuando aún estamos en la etapa infantil.
Pies planos infantiles
Los pies planos infantiles son fisiológicos, es decir, normales, hasta los 6-8 años de edad. Por lo tanto hasta ese rango de edad no es preocupante ver que el pie del niño no se eleva o no tiene arco. Sin embargo, la primera consulta podológica pediátrica debería ser en torno a los 3 años de edad para descartar posibles afecciones motoras y/o de desarrollo.
Marcha en puntillas o ToeWalking
La marcha en puntillas en una patología que afecta a niños desde que empiezan a caminar que consiste en el no apoyo del talón al caminar. Este tipo de marcha no es específica de ningún estadio evolutivo de la marcha por lo que siempre ha de ser vigilada. Podemos distinguir la marcha en puntillas en dos tipos muy diferenciados, la marcha en puntillas fisiológica, en la que el niño no puede apoyar el talón por tener un acortamiento del Tendón de Aquiles o una debilidad motora debido a algún problema neurológico y la marcha en puntillas que realiza un niño completamente sano y que aparece por hábito, el cual suele desaparecer en torno a los 2 o 3 años.
Enfermedad de Osgood-Schlatter
A pesar de su nombre, esta afección no es relevante, se trata del motivo por el cual niños y adolescentes sufren de dolores crónicos de rodillas. Se debe a un sobreesfuerzo continuado, una tracción excesiva del tendón de la rótula, lo que provoca que se calcifique la tibia del menor y cree una protuberancia en la parte delantera de la misma.


2. PODOLOGÍA DEPORTIVA
Fascitis plantar
El dolor por excelencia en personas que han empezado a correr o a hacer deporte. Se produce por la inflamación de la fascia plantar, un tejido que tiene su origen en el calcáneo (el hueso del talón) y que se ramifica hacia los dedos. El dolor aparece de forma habitual durante los primeros pasos de la mañana y poco a poco va desapareciendo hasta que a última hora del día vuelve a doler.
Espolón calcáneo
Una fascitis plantar crónica da lugar a un espolón calcáneo. Debido a la tracción sistemática que causa inflamación de la fascia plantar, el origen de la fascia va endureciéndose, formando una calcificación en la parte más baja del calcáneo que recibe el nombre de espolón calcáneo.
Espolón de Haglund
Se trata de una calcificación en la inserción del Tendón de Aquiles y se debe principalmente a una exigencia mecánica elevada. Afecta tanto a deportistas aficionados como profesionales y suele verse más comúnmente en personas que utilizan zapatillas con contrafuerte elevado y que tienden a ajustarse muy fuerte los cordones.
Inestabilidad Tibial Posterior
Los principales signos y síntomas de esta patología es el dolor leve en la zona lateral del pie, sensación de que el pie “se me va” al caminar por terrenos irregulares e inflamación. Se debe principalmente a un esguince mal curado que genera posteriormente esguinces por repetición. Esto va a repercutir en la elasticidad del tibial anterior que, poco a poco, va degenerándose hasta no soportar determinadas fuerzas y movimientos.
Sesamoiditis
Existen dos huesos muy pequeños y poco conocidos en el pie, con forma ovalada y que se encuentran bajo la articulación metatarsofalángica del primer dedo del pie. Estos huesos reciben el nombre de sesamoideos y su función es la de ayudar a la amortiguación absorbiendo presiones. Los sesamoideos se encuentran unidos entre ellos por un ligamento intersesamoideo firme y grueso. Además, están sujetos a la cabeza del primer metatarsiano y a la base de la falange proximal. Es muy común ver esta patología en atletas cuyo gesto deportivo implica un gran impacto (baloncesto, voleibol, salto…) y en bailarines de ballet. Al realizar estos impactos el periostio, tejido membranoso que recubre los huesos, de los sesamoideos se inflama y causa dolor.
3. PODOLOGÍA GERIÁTRICA
Marcha en pronación
La más común en el grueso de la población. Se caracteriza por la caída del arco plantar al caminar. Las personas de edad avanzada que tienen una marcha en pronación son más susceptibles de realizar ortesis plantares que ayuden a la deambulación, ya que al perder reflejos y movilidad, muchas veces necesitan una ayuda extra.
Pie diabético/Pie de riesgo
La Diabetes Mellitus (DM) es una enfermedad conocida, sin embargo, sus consecuencias no tanto. La DM afecta principalmente a tres órganos del cuerpo: los ojos, los riñones y los pies. Éstos últimos se pueden ver afectados por el componente neuropático de la Diabetes Mellitus, esto significa que con el paso del tiempo se puede perder sensibilidad en los pies y con ello aumentar el riesgo de padecer cualquier tipo de lesión y no darnos cuenta. Es muy importante que una persona que padece diabetes, del tipo que sea, acuda al podólogo al menos 4 veces al año, una de ellas para realizar un estudio de sensibilidad.


4. PODOLOGÍA EN EL ADULTO
Neuroma de Morton
Se trata de un atrapamiento del nervio digital plantar, que cursa con parestesias, adormecimiento de los dedos, inflamación y engrosamiento del nervio. De manera más habitual se encuentra en mujeres y en el espacio entre el tercer y cuarto dedo, pero en algunos casos (17%) puede ubicarse también entre el segundo y el tercero. Es una patología bastante frecuente y que puede solucionarse de diferentes maneras dependiendo del grado de afectación que tenga el nervio.
Necrosis avascular o Enfermedad de Freiberg I y II
Esta patología se caracteriza por la alteración de un hueso, de forma habitual el segundo dedo del pie. Al ser en ocasiones el segundo dedo más largo que el primero, y debido a los microtraumatismos que nos genera el calzado durante la marcha, el hueso puede perder irrigación. Los síntomas son dolor en el segundo dedo, que se agudiza al caminar o hacer ejercicio y que puede llegar a limitar el apoyo del pie o la deambulación. Es importante realizar un buen diagnóstico clínico para no confundirlo con otras patologías de los dedos como el neuroma de Morton o el síndrome de predislocación.
Sindrome de predislocación
Es uno de los problemas mecánicos más comunes del pie. Quien tenga un síndrome de predislocación notará dolor en la zona plantar muy localizado y la sensación de “caminar sobre una piedra”. Afecta principalmente al segundo dedo del pie, pero puede aparecer en cualquiera de ellos. Se trata de una alteración en la articulación que une las falanges con los metatarsianos y que está subluxada, es decir, el juego de la articulación no se realiza de forma correcta. Visualmente suele aparecer un dedo en garra o martillo. Si no se trata de manera correcta la articulación puede llegar a luxarse definitivamente o romper el plato flexor.